Desde La Tablet

Por Víctor Paz Hay dos formas de ser esclavo: Una interna y la otra externa. La interna es por convencimiento, la externa por imposición. Como sea, ninguna de las dos, ha sido erradicada. En épocas más antiguas, la externa por imposición  y sometimiento generaba la interna. La persona se quebraba de afuera hacia dentro. Y era evidente. Hoy, por inducción y condicionamiento, hacen que la esclavitud interna genere la externa. La persona se quiebra de adentro hacia afuera.  Y como viene de adentro, es invisible. Por eso, hay mucha gente de nuestra época, quebrados por dentro. Sin estar plenamente conscientes de que en el fondo, son esclavos porque viven una felicidad comprada por la comodidad personal. Si usted piensa que la esclavitud se eliminó, permítame decirle que NO. A lo largo de la historia humana, la han reformulado, renombrado, rediseñado, reinventado, modernizado, optimizado hasta llegar a nuestra época. Momento exacto en el que pensamos que somos libres, mientras más esclavos

Este es un blog creado para colgar artículos que enfocan la naturaleza y subsistencia humana desde una perspectiva profunda, realista. Nos basamos en la lógica simple, y en el menos común de los sentidos en ejercicio actualmente: El sentido común. Es un sitio de lectura libre, para todo humano que acepte el reto de pensar por sí mismo. Y, no tema cuestionarse ¿Qué hay más allá? Bienvenido, bienvenida, a este oasis del pensamiento crítico. El Autor Último Artículo Publicado: El origen de toda la esclavitud

 Muchos hombres pasan por eso. Es un dolor tan descarnado y cruel, que ni se atreven a hablar de eso. Primero, llega de la nada y por situaciones ajenas, casi accidentales o de la boca de un tercero (de buena o mala fe) Como sea duele, mucho, deja traumas y cicatrices feas para el resto de la vida. Por eso, en algunos lugares se le dice "quemar" a la acción de ser infiel. Porque destruye, duele y marca. Sin embargo, la infidelidad femenina no es un problema de ahora. Ha ocurrido desde siempre, desde épocas inmemoriales. Y a cualquier hombre, sin distinción de raza, credo, nivel adquisitivo o condición social. A cualquiera lo queman, a cualquiera lo engañan. Por eso, los reyes de antes inventaron el cinturón de castidad. Una especie de armadura metálica que cubría el área pélvica femenina, imposibilitando el acto sexual.  De alguna forma, muchos hombres siguen vinculando hoy en día, su honra al sexo de sus parejas. Por ello, cuando estas les traicionan, se sienten ellos mismos

  Víctor Francisco Paz , tiene estudios en psicología, filosofía, literatura, y es ingeniero en Sistemas Computacionales. Está casado y tiene dos hijos.   Posee la Primera Mención Honorífica en el Premio Manuel José Hurtado de 2006, a mejor novela corta, organizado por la Asociación de Escritores Panameños.   En Amazon ha publicado: "Conoce tu Mundo Interior", "Manual Práctico de uno Mismo" (traducido al inglés cómo Practical Manual to Oneself) e "Infidelidad, fortaleciendo al hombre". Las tres obras, de autoayuda y superación. Actualmente se desempeña como ingeniero informático, escribe artículos de opinión en periódicos locales, y está próximo a licenciarse en Psicología.

  Le ofrecemos libros cortos. Muy fáciles de leer y más aún de comprender. Tocando temas emocionales profundos, bajo el simple enfoque de la lógica y el sentido común.  Nuestro único objetivo es ayudarle a ayudarse usted mismo, a usted misma, todo según sus intereses o necesidades personales.  Porque a veces, para resolver un problema complejo, sólo se necesitan un par de palabras o un buen consejo.  Sobre el autor, Víctor Paz   La vida se nos vuelve tan complicada que uno no tiene tiempo de pensar en las cosas que dice o hace. Mucho peor aún, en las decisiones que toma.  Todo lo cual, nos deprime, haciéndonos sentir tristes, acorralados y desamparados. En eso, terminamos olvidándonos de "por qué hacemos todo lo que hacemos".  Ni siquiera recordamos cuándo empezamos a "hacerlo". Sentimos que hemos perdido la fe en el mundo, y en uno mismo.  ¿Se ha sentido así?... Si es así, permítame decirle que le ha llegado el momento para detenerse y pensar un poco mejor en todo.